Advierten que la situación de las guardias de hospitales y clínicas en Mendoza es grave

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Las razones tras la problemática son muchas, «algunas fácil de interpretar como el alto costo que están teniendo los pacientes para ir a los consultorios», expresó el coordinador de la Asociación de Clínicas y Sanatorios de Mendoza. También complican el proceso los nuevos métodos de verificación de identidad que han implementado algunas obras sociales como el PAMI o Swiss Medical, donde el paciente tiene que generar un token descartable que solo es válido por unos minutos y sin el cual no puede ingresar a la consulta. Entonces muchos prefieren acudir directamente a la guardia para atenderse rápidamente, incluso sin estar en una situación de urgencia.

Otra de las grandes razones son los topes de atención. «Por ahí los médicos tienen turnos, pero el financiador le pone un tope que puede atender una o dos veces por mes al paciente y no alcanzan las consultas para hacer un seguimiento». Entonces eligen la guardia.

Hay picos de asistencia a las guardias en Mendoza, generalmente después del mediodía, contó el Director de Hospitales de Mendoza. «En la mañana los consultorios funcionan y si bien los turnos pueden ser diferidos, después del mediodía donde la gente no tiene esa oferta que hay en la mañana, no le queda otra que asistir a la guardia», esgrimió.

Además, agregó que la situación económica es otro factor importante, ya que «en el hospital público no tiene que pagar un coseguro y aparte porque también encuentran en el hospital público la posibilidad no solamente es diagnóstico, sino de los estudios complementarios y también de la medicación. Creo que que ellos en estos momentos la gente lo valora y es por eso que recurren más a la atención en los hospitales«.

Evitar el pago del coseguro es una de las razones para ir a la guardia. Foto: Freepik.

Este fenómeno no es nuevo, según el doctor Pérez. Se trata de una situación que se vive en los hospitales más grandes desde hace muchos años. «La gente sabe que va a la guardia de los grandes hospitales y ahí encuentra la respuesta rápida por más que tenga que esperar algunas horas sabe que se le hace el diagnóstico, los estudios complementarios y se le da el medicamento. Evidentemente eso es algo importante para el que tiene que usar el servicio público y esa respuesta no la encuentra en cualquier lado, ni siquiera pacientes que tienen una prepaga», analizó.

En los hospitales más grandes del sector público como el Hospital Central o el Lagomaggiore, dependiendo de la especialidad, el turno puede demorar entre dos y tres meses. A veces más. «Hay especialidades que son muy demandadas, neurología pediátrica, cardiología pediátrica, también neurología y cardiología de adultos», explicó el funcionario.

En las especialidades más demandadas hay menos profesionales. Foto: Micaela Blanco Minoli / MDZ.

El caso de especialidades como neurología pediátrica, se combina que hay pocos especialistas y la demanda es alta. Mientras que en la consulta clínica hay mayor disponibilidad de médicos y los turnos diferidos se consiguen aproximadamente en treinta días.

Guardias saturadas: las consecuencias

Cuando hay consulta médica el paciente tiene la oportunidad de contar sus síntomas en detalle y el médico puede realizar un seguimiento más puntilloso. Esta posibilidad queda descartada cuando los pacientes se atienden en las guardias masivamente. «En la guardia, al ser el equipo rotativo, es difícil ese seguimiento y en realidad perdemos oportunidades muy importantes de diagnóstico, que es lo más grave de toda esta situación», advirtió Torres.

Al saturarse las guardias, las clínicas y los hospitales tienen que dedicar más recursos para satisfacer la alta demanda. La sobrecarga laboral, las tareas no correspondidas y los bajos salarios terminan desembocando en una gran migración de médicos a otros países, principalmente Chile.

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